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El bar está a reventar porque se esperaba un partidazo de la Premier. El Chelsea y el Manchester acaban empatando a cero y en menos de cinco minutos la parte trasera del James Joyce Bar, en la calle Alcalá, se despeja de clientes y la camarera orilla las mesas para dejar hueco en el centro. En una de ellas, Simon coloca tres máscaras típicas de la comedia del arte italiana y un puñado de clientes que saben de qué va la cosa se sienta a su alrededor. El James Joyce, un local irlandés hasta la médula, es uno de los locales de Madrid en los que semanalmente se realizan intercambios de conversación. Nativos de diferentes idiomas que se reúnen para charlar en sus respectivas lenguas en un ambiente informal, normalmente con un coordinador. Simon, que además de inglés también es actor, usa el teatro como método de enseñanza. Aunque en Madrid esta práctica no es nueva, últimamente han proliferado muchos bares que la fomentan y la ofrecen de forma más o menos habitual. La mayoría con el inglés. Leer más ...
Un artículo de Patricia Peiró en El País.